Un grito desesperado
Por José Miguel Cobián
En entrevista al diputado federal panista Manuel Clouthier, éste afirma que sus declaraciones sobre el narcotráfico en Sinaloa y su combate por parte del gobierno federal y estatal son un grito desesperado de la población de aquél estado norteño, ante el control que ejerce el crimen organizado y la corrupción organizada sobre la sociedad sinaloense.
Manuel Clouthier, hijo del mítico “Maquío”, afirma que antes de cubrir al gobierno federal o estatal, e incluso al PAN, tiene la obligación de atender las demandas de la ciudadanía que lo eligió como diputado federal, pues incluso, así se comprometió el día que tomó protesta como tal.
Afirma textualmente: “En la lucha contra el crimen organizanizado, Sinaloa no ha sido tocado, ni se le ha dado la importancia y la seriedad que demandan las circunstancias que demandan los sinaloenses”.
La reacción del PAN ha sido inmediata. Primero fue una carta abierta del secretario de gobernación leída en un programa de radio de Carmen Aristegui, en la que rechaza las acusaciones de Manuel Clouthier. Después vino la petición de la bancada panista en la cámara de diputados, a través de su vicecoordinador, Julio Castellanos, quien exigió a Clouthier que se retractara o de lo contrario que renuncie a su puesto de diputado en el congreso federal. El alegato se basa en que al aceptar ser candidatos, los panistas firman un documento de compromiso con los principios del partido, plataforma política y programa de acción, respaldando la política de Felipe Calderón en materia de seguridad pública.
El partido que presume de sus bases democráticas una vez más falta al principal eje conductor de la democracia, que es el análisis interno y la libertad de sus integrantes. Una vez más, el PAN demuestra que su vocación es represora, incluso ante los propios panistas, con una absoluta falta de libertad para ejercer un puesto que se le debe a los ciudadanos, y no al partido. Manuel Clouthier se convierte en portavoz de los ciudadanos de Sinaloa, y por ello es reprimido y está a punto de ser expulsado del PAN. El mensaje es muy claro, apoya incondicionalmente al presidente y al partido, y si la realidad demuestra que están equivocados en sus políticas, tu sigue apoyando al presidente y al partido, y olvídate de los ciudadanos y de la terrible realidad que viven día con día.
El asunto tiene más jiribilla, porque a la población del país no se le olvida que el Chapo logró evadirse del penal de Puerta Grande (perdón, puente grande) durante el sexenio de Fox, y voces mal intencionadas lo han relacionado con la actual administración federal, incluso en las mantas que han aparecido esporádicamente en todo el país. Así, que la declaración del diputado Manuel Clouthier sin querer reafirma esas acusaciones, al recordar que en Sinaloa no se ha hecho nada para combatir al crimen organizado y todos sabemos quién es el líder del cártel de Sinaloa.
En tiempos electorales, la queja de una situación tan grave como la que se vive en ese estado, es aún más grave, por sus efectos en la opinión pública, al dejar entrever una cierta desatención a los problemas generados por el cártel de Sinaloa en el propio estado de Sinaloa, pues ningún otro estado del país quisiera estar en las mismas circunstancias, y el paso más sencillo para los enemigos políticos del PAN será relacionar a sus candidatos con dicho cártel.
El dedazo, la línea, la falta de libertad para elegir a sus candidatos, el presidencialismo, las relaciones con el poder innombrable, la corrupción, el manejo discrecional de los recursos públicos como en el caso del Subsemun que se ha orientado a municipios sin crimen pero azules, en lugar de apoyar sin distingos de colores partidistas a los más criminalizados, han convertido a las administraciones federales panistas, en una mala caricatura de los peores males que los fundadores del PAN han combatido a lo largo de la historia de ese partido político.
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