El Baldón: Alianzas… ¿Para que y cómo?
Por: José Miguel Cobián
De primera instancia, cuando se escucha
que la derecha y la izquierda irán en alianza en las próximas elecciones, se
observan caras de extrañeza y ceños fruncidos.
Hace apenas unos días, eran enemigos irreconciliables, por lo menos
hasta que el mesías tropical abandonó al PRD.
Agua y aceite juntos, parecieran decir.
Pasando a otro nivel de reflexión, se
puede considerar que el PRI es el enemigo a vencer, y para ello hay que olvidar
las ideologías, y atacarlo sin piedad, hasta reducirlo a cenizas. Claro que si se considera la posibilidad de
ganar diputaciones o alcaldías, de inmediato surge la pregunta respecto a que
ideología va a aplicarse. Si gana el PAN, ¿los perredistas obtendrán algunas
posiciones en los municipios? Y viceversa. Y sobre todo, ¿liberales o
conservadores los votos de los diputados locales.?
La realidad, parece acercarse a la máxima
simpleza. Ante la arrolladora
maquinaria electoral del PRI, azules y amarillos están buscando como obtener
posiciones, sin mayor compromiso ideológico, y el asunto se resume a algo muy
sencillo.
Después de haber realizado análisis
sección por sección en cada distrito electoral, se dieron cuenta de que unos y
otros se quitaban cierto número de votos de aquéllos que votaban anti-pri. De tal manera que eliminando al contendiente
de menor penetración entre los votantes, sus cálculos los llevan a considerar
que en una carrera parejera, tendrán más oportunidades de ganar los puestos en
disputa.
Ilusoriamente, están considerando que en
los distritos o municipios donde el PAN tenga mayor penetración electoral, sin
un candidato perredista enfrente, será más fácil ganar la elección, pues
consideran que entre los perredistas habrá un mayor sentimiento anti-pri, que
anti-pan. Igual pasaría en dónde el
PRD tiene mayor presencia electoral, de tal manera que se esperaría que ante la
inexistencia de un candidato panista, los panistas votarían por el candidato
perredista, y no por el priísta. En ambos
casos se promocionaría como alianza, aunque en realidad la idea es que cada
partido vaya por su lado, con la única ventaja de no tener enfrente a un rival
¨quitavotos¨, en el otro extremo del ámbito político.
Por fin, de una manera somera, azules y
amarillos están comenzando a entender que la polarización de partidos
políticos, ha beneficiado al partido de los dinosaurios y bebesaurios. Curiosamente este análisis surge cuando el
líder moral de las izquierdas realiza un nuevo sabotaje a su ideología, al
crear un nuevo partido político y volver a dividir aún más a la ya dividida y
debilitada izquierda mexicana.
Los resultados de esta alianza ¨contra
natura¨, se verán después de las elecciones, y sabremos si los cálculos
tuvieron éxito o no. Entenderemos mejor
al votante de izquierda para entender si ante la ausencia de un candidato
propio, decidió votar por la derecha, abstenerse o apoyar a un partido de
centro. Lo mismo sucederá con los votantes de derecha, pues podremos ver si
votan por la izquierda o prefieren votar por el centro.
En la elección presidencial pasada ya se
dio ese escenario, aunque no en forma tan clara y definitiva, y se demostró que
los simpatizantes del PAN prefirieron votar por el candidato del PRI, una vez
que percibieron que su candidata ya no tendría posibilidades, y evitar con su
voto, la llegada de López Obrador.
Ahora el PRD busca presentar una imagen más moderada y moderna,
precisamente para atraer a esos votantes, que tuvieron miedo del radicalismo que
ofrecieron en la última campaña. Falta
ver si les da tiempo de aquí a fines del primer semestre de este año, para
cambiar la percepción que de ellos tienen los votantes que no votaron por su
coalición.
Interesante año electoral y más
interesante aún el experimento que va a vivir nuestra democracia. Sobre todo, cuando ya se ha demostrado que
cada vez los partidos tienen menos peso específico ante las urnas, y son los
candidatos los que atraen el voto o el rechazo del elector.
Si el PAN elige candidatos de extrema
derecha o el PRD de extrema izquierda, sus supuestas alianzas del tipo ¨me
quito para no estorbarte¨ van a quedar como anécdotas. Si ambos escogen candidatos moderados, no
sólo entre sus cuadros sino también de la sociedad civil, pueden tener un éxito
rotundo, y hacer reflexionar a un PRI que continúa con sus prácticas de
dedazo-encuesta, sin abrir las candidaturas a su militancia y mucho menos a los
ciudadanos en general.