Crónicas Urgentes




Sin licencia para escribir






Por Claudia Constantino

 

Pocas deben ser las profesiones en las que jamás se haya acusado a alguien por usurpar esas funciones; tal es el caso del periodismo.




A diferencia de los médicos que deben tener una cédula profesional y experiencia (el internado) antes de ponerse a dar consulta; en los medios de comunicación existe una amplísima gama de profesiones distintas al periodismo, entre los comunicadores, columnistas, conductores, dueños de los medios y demás puestos de la vida periodística del país.




Y no es alusión a los reporteros empíricos que con toda pasión aprenden el oficio para ejercerlo por siempre de la mejor manera.




Me ocupo de los cientos de personas que siendo profesionistas de prácticamente cualquier otra carrera, un día comienzan a escribir y encuentran fácilmente un espacio en los medios, ya por amistad, por destacar en su profesión o hasta por un accidente afortunado.




De modo que las escuelas de periodismo (por eso deben quedar tan pocas) preparan jóvenes para una carrera que les ofrecerá muy pocas vacantes.




La especialización, la profesionalización y demás exquisiteces que en el resto de las carreras reportan ventajas para conseguir los mejores puestos, aquí son como un pasatiempo.




Ahora leemos a los políticos de todos los niveles en las páginas editoriales de los principales diarios, así hacer llegar sus "convicciones" a la opinión pública de manera masiva; consiguiendo con ello además, tener un medio de publicidad gratuita y permanente.




Los que solían ser noticia, hoy la manipulan a conveniencia de sus intereses, y la tal "objetividad" que de tan arcaica se volvió chunga es otro más de los usos y costumbres que esta sociedad ha mandado al archivo muerto.




Abogados, licenciados en letras, ingenieros, politólogos, economistas, desplazaron a los periodistas con el argumento de hacer "periodismo especializado" y de una sección y espacio restringido, se fueron apoderando de la labor de informar a la sociedad el diario acontecer.




Las facultades de ciencias y técnicas de comunicación no preparan a los chicos para esta competencia; les mienten; los entusiasman y nunca les dicen que "no hay cama pa'tanta gente".




Por otra parte pareciera que los lectores de noticias; los consumidores de noticieros y los medianamente enterados, cambiaron sus gustos y preferencias.




Como en casi todos los ámbitos de la vida moderna, la mayoría prefiere las noticias plagadas de opiniones, análisis y juicios de los señores y señoras de la información en vez de sacar sus propias conclusiones.




Noticias express; notas editorializadas; columnas de opinión que repasan los temas importantes del día (para quien eso escribe) en vez de los hechos claros y llanos que en otra época los periodistas presentaban a la sociedad con responsabilidad y compromiso.




Sin licencia para escribir, informar y opinar de cara a una sociedad que no lee, cualquiera puede llegar a manipular con o sin intención.




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