Perfilando
Veracruz, estado de emergencia
Por Iván Calderón
Haciendo a un lado la falta de empleos, de recursos o la nula obra pública, los veracruzanos lo que piden de manera unánime es paz, y ni esto nos puede dar el moribundo gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Enérgica y responsable fue la solicitud que hiciera el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares de solicitar la intervención de Peña Nieto en Veracruz.
Y como no, si los índices de criminalidad son insostenibles.
¿Pero cuantos negativos acontecimientos tendremos que pasar para que el presidente Peña voltee a ver a este estado fallido? Porque tal parece que a nuestro mandatario nacional los veracruzanos le importamos un bledo.
Han sido varias las veces que se ha solicitado encarecidamente la intervención de la federación en el territorio estatal.
Sin embargo, la respuesta aunque aplicable ha sido nulificada ante la sandez de un gobernante que necio y arrogante esquiva la ayuda.
En Veracruz apremia la intervención del ejército mexicano, de la marina armada de México y de la policía federal, pero están obligados a llegar con recursos, porque en las arcas del estado ni para el jabón hay.
Urge también un procedimiento similar a los que se han realizado en territorios como en Ciudad Juárez, Michoacán o Acapulco, donde el crimen organizado tuvo en su momento a la ciudadanía cercada y llena de miedo.
En aquellos puntos con inversiones tripartitas se logró una reconquista en materia social disminuyendo los índices delincuenciales.
No basta con un sistema de contención en materia de seguridad pública, si no el de generar mayores oportunidades de desarrollo para cerrar la brecha de desigualdad y pobreza.
Se tiene que decir, el rescate de Veracruz no solo está en manos de Yunes Linares o de Enrique Peña Nieto, es necesaria la participación de todos y que los diversos actores políticos se quiten las vestiduras partidistas y cierres filas en torno a esta delicada situación.
Y es que tristemente estos hechos se está generalizando en las diversas regiones de la entidad.
El hampa nos ha robado nuestra tranquilidad, alegría y armonía.
Lamentable.
La información de ejecuciones, balaceras o levantones son manejadas desde el centro, sur y norte de Veracruz, y a pesar que los hechos están la vista de todos, el gobierno a través de Flavino Ríos ridículamente lo niega todo.
Funestamente vivimos una etapa negra, las malas noticias ya son nuestro pan de cada día, y ojalá que con acciones inmediatas se ponga fin a este cáncer social.
Los veracruzanos ya estamos cansados de vivir en la desgracia, deseamos que por fin llegue la Prosperidad que nos prometieron y a la vez nos la han negado.
@IvanKalderon
