Por
José Miguel Cobián
Así comenzó mi
miércoles. Un amigo de la cdmx me escribe comentando el presunto desaguisado
que tuvo el gobernador de Veracruz en los Pinos, dónde presuntamente no lo
dejaron hablar con nadie. Mi amigo que
por cierto es veracruzanos, me dice que está seguro de que eso pasó, cuando yo
le pregunto si le consta. Siempre he
dudado de muchas de las noticias que se publican porque no hay garantía de que
sea verdad o sólo un distractor (la famosa caja china) o un ataque político,
como el que apenas se dio cuando Edgar Hernández escribió –sin pruebas- que la
PGR había cateado la casa del gobernador electo de Veracruz, columna de la cual
se retractó al día siguiente pidiendo disculpas, y eso porque se trataba de
Miguel Ángel Yunes, si se hubiera tratado de un cualquiera, seguramente no lo
hubiera hecho. No tengo duda –le decía
a mi amigo-, de que el caso Veracruz va a crecer conforme pasen los días, y se
acerque el cambio de gobierno. Pero eso no significa que México haya cambiado y
que se combata la corrupción en el país, más bien, es un sacrificio en el altar
del pueblo. Y sobre todo, si no logran evitar que Miguel Ángel asuma el poder,
no le van a dejar la posibilidad de ser él quien realice el sacrificio mayor, el
gobierno federal y el PRI se le van a adelantar, para tener ellos el mérito.
Esta platica me hizo
reflexionar sobre mucho de lo que esta pasando y se dice a nivel nacional. Mis conclusiones van desde que todo es una
gran simulación para que todo aparentemente cambie y siga igual. El asunto es claro, mientras en el norte el
PAN está sufriendo por su ex gobernador de Sonora, el señor Padrés, ese que se
hizo una presa en su terrenito desértico, en el sureste, Duarte es el dolor de
cabeza del PRI, pues tanto lo exhibieron que ahora se convirtió en un grave
problema de imagen.
Pero, si fuéramos
realistas, que pasa con todos los gobernadores anteriores del PRI, del PAN, del
PRD, que salieron riquísimos de sus encargos.
Por mencionar algunos casos conocidos allí están los apellidos Moreira,
Medina, etc. Se han conocido
corruptelas también de gobernadores en funciones, pero si convienen al sistema,
esos gobernadores son protegidos y la auditoría superior de la federación mira
de lado. O mejor aún, saben hacer las
cosas, y no hay evidencia, salvo la percepción ciudadana. Lo cual los libra de
la supuesta y pretendida y sobre todo FINGIDA lucha contra la corrupción.
Hoy sabemos que hubo
empresas fantasma en Veracruz que facturaron miles de millones de pesos al
gobierno del estado. Esa misma práctica
se aplica en el resto de los gobiernos estatales y en la federación. Hoy el SAT dice que va contra los
accionistas. Salvo cuando el fraude es
muy burdo y son accionistas conocidos y reconocidos, generalmente se da de alta
a algún campesino humilde, de esos que no saben leer ni escribir como socio de
la empresa, y como su representante legal.
Ellos son los socios que seguramente encontrará el SAT y a quienes les
va a aplicar todo el peso de la ley. Mientras que los verdaderos culpables
seguirán riendo y gozando de la vida.
Pero sólo investigan esas empresas fantasma en Veracruz. ¿Y el resto de
los estados que? Queremos que se
investiguen en todos lados.
En Veracruz todo parece
indicar que llegará un gobernado panista. Yo quisiera preguntarle si va a
perseguir con el mismo ímpetu a los ex funcionarios de gobierno del estado y
también a los funcionarios municipales panistas que han defraudado a sus
conciudadanos. La respuesta es la
misma que en la federación, se revisará y se vigilará al que se porte mal con
el sistema, al que sea demasiado burdo en sus trapacerías, al que la población
exija que sea sacrificado en el altar de la lucha anticorrupción. Así se podrá continuar con el ciclo de
apropiarse de los recursos públicos en beneficio del poderoso en turno y al
mismo tiempo fingir que en México las cosas están cambiando.
La opinión pública
veracruzana ya juzgó al gobierno saliente.
Y el juicio es condenatorio. ¿Habrá tiempo en dos años de realizar todas
las auditorías, revisiones, pesquisas, iniciar querellas, llevar a cabo la
exhibición de pruebas, consignar ante un juez y luego lograr una sentencia
condenatoria? ¿Y luego?
Todo apunta a que si
hoy fueran las elecciones del 2018 habría alternancia una vez más. ¿Llegará AMLO a la presidencia? ¿Regresará
el PAN? ¿Con quien?. Margarita ya fue
primera dama y la experiencia es que durante el calderonato hubo corrupción,
aunque no tan marcada ni tan descarada como durante el peñato. ¿queremos más de lo mismo los
mexicanos? Y con AMLO también vimos
opacidad y corrupción aunque más discreta aún, con un mejor control de
daños. ¿Eso queremos? ¿De los males el
menor?
¿Qué quiere el
mexicano? Todos los mexicanos sabemos
que los partidos políticos representan a la partidocracia que tiene hundida a
la nación en un saqueo interminable e infinito.
Sin embargo, cuando hay elecciones, nos sale el amor a la camiseta. Yo soy panista, yo soy priísta, es un honor
estar con obrador, yo soy de izquierda progresista. Es decir, no buscamos a los mejores hombres y
mujeres, anteponemos nuestros propios intereses, a los de la nación. Estamos orgullosos de que gane ¨nuestro¨
candidato, sin importar si es un delincuente reconocido, o un delincuente a
conocer. Sin preocuparnos de su
capacidad o preparación. ¨Ganamos¨ es el
grito de alegría. Y si es para puesto
ejecutivo, ganamos trabajos, ganamos negocios, ganamos someternos a la voluntad
de aquél por quien buscamos el triunfo, para obtener beneficios personales, y
no para beneficiar a México.
A nivel local se percibe
muy claro. Los que están a favor del alcalde en turno no le miran un solo
defecto. Los que están en contra no le ven ni una sola cualidad. Eso demuestra que tienen intereses
personales. Yo por eso desconfío de
quien opina y señala a los demás, pero jamás critica la ubre a la cual esta
pegado. Y no se trata solo de empleados
ya sea de angora o comunes, también de organizaciones empresariales que se
tienden al piso a cambio de unas cuantas monedas del recurso público. Los sindicatos y agrupaciones sociales.
México definitivamente
tiene el gobierno que se merece, pues es el que los mexicanos buscamos en cada
elección. Corruptos son el 99.9% los
gobernadores, alcaldes, ediles, etc.
Pero seguimos votando por el mismo partido, por el mismo grupo de
personas. Y en los pueblos y lugares más
alejados, en las propias colonias es lo mismo.
Votamos por quien nos conviene a título personal. Voto por tal color, porque así quedo bien con
fulano, que el día de mañana en algo me puede ayudar. La moral, la ética ciudadana, en este país
son un árbol que da moras y una materia ya olvidada en la escuela.
Lo grave es que una vez
que elegimos a un gobernante, nos pasamos todo su período administrativo
denostándolo, gritando que es un corrupto, un ladrón, un flojo, un borracho
(recordemos a Calderón), un idiota (recordemos a Fox y Peña), etc. Pero en la siguiente elección volvemos a
votar no por el mejor sino por quien nos conviene.
Y como los
independientes no nos dan suficiente certeza de beneficios a futuro, resulta
muy raro votar por un independiente, salvo cuando representa intereses claros
de un grupo fuerte, que lo respalda con todo, aunque una vez en el poder, una
vez más demuestre que es mediocre, como
el resto de la inepto-clepto-cracia que nos gobierna. Y si, estoy pensando en el Bronco en Nuevo
León.
Pero resulta que los
miembros de la inepto-clepto-cracia que nos gobierna salen del pueblo de
México. Ese supuesto pueblo bueno, que a
la primera oportunidad, también se corrompe, roba, saquea, abusa… ¿De dónde va a sacar México buenos
gobernantes? Si en general no tenemos
una verdadera ética ciudadana y un verdadero amor por la Patria. Si permitimos corruptelas sin denunciarlas y
ni siquiera los partidos de oposición las denuncian sistemáticamente, sólo
algunas y siempre para sacar beneficio político, no para beneficiar a México.
Todas estas reflexiones
surgen a partir de un chisme político viejo…
Y las comparto contigo, con toda la desesperanza de saber que nada va a
cambiar, porque los mexicanos en realidad y en el fondo de nuestro corazón lo
único que queremos es que cambie el partido en el poder, a ver si con el nuevo
nos va mejor a nivel personal, pero jamás a nivel de sociedad. No acabamos de entender que si nos va mejor
a todos, nos va a ir mejor a cada uno de nosotros. Y así, seguimos jodiendo al prójimo en lo que
podemos. El término gandalla nació en
México por obvias razones.