El
Baldón: El debate que no fue
Por:
José Miguel Cobián
1Definición de Debate:

"debate político; debate parlamentario;
el debate está dirigido por un moderador que es el que organiza, dirige,
concede los turnos de palabra y centra el tema cuando se desvía
Acorde a la definición, en el debate los
candidatos debieron exponer sus ideas, defender sus opiniones, contrastar sus
proyectos, permitir que la población pudiera entender las diferencias entre
cada uno de los proyectos de los candidatos con el fin de tener la oportunidad
de escoger aquél proyecto que fuera más afín a cada uno de los ciudadanos, y
poder por lo tanto, definir el sentido de su voto.
Si usted no tuvo oportunidad de ver el debate
de los candidatos a la presidencia de la república, lo felicito. Se ahorró dos horas de su tiempo en un
ejercicio inútil y aburrido. Al parecer
hubo únicamente dos propuestas, mientras que el resto del tiempo lo llenaron
los candidatos con ataques al puntero y unos cuantos entre los demás (con el
fin de no verse demasiado obvios), y con repetir lo que han venido diciendo a
lo largo de la campaña pero sin aclarar nada, sin aportar nada nuevo, sin
clarificar o ampliar sus proyectos.
Realmente dos horas perdidas para millones de mexicanos.
Resulta ridículo afirmar que hubo un ganador
en el debate. Hubo un gran perdedor, que
es el pueblo de México, pues no sirvió de nada el ejercicio. Quien piense que hubo un ganador, tendrá que
admitir que en México hay una enorme necesidad de democracia, y cualquier
ejercicio, incluso uno fallido como el que presenciamos, se convierte en esperanza
para algunos. Esperanza que se satisface afirmando que fulano o mengano fue el
ganador, simplemente porque habló bien, porque mostró más cartulinas, o porque
fue el más golpeador. Lamentablemente al pueblo de México se le olvida que está
buscando un jefe del ejecutivo que lleve a cabo proyectos que beneficien a los
mexicanos y no un gallito (o pollito) de pelea.
Pasando a comentar el debate, todo indicaba
que estábamos viendo el debate de candidatos de otro país. Los cuatro unidos contra uno. Lo cual es
razonable, hasta que comienza uno a escuchar hablar de lucha contra la
corrupción, defensa de las mujeres, detalles de corrupción, etc. Como si Margarita, el Bronco, Meade y Anaya
no hubieran estado jamás en una posición para poder combatir o implementar
aquello que proponen.
Habrá muchos mexicanos que se deslumbren por
la belicosidad de alguno. Esos mismos mexicanos deberían recordar que el
belicoso ya estuvo en puestos de poder y no aplicó nada de lo que propone. Por ejemplo, hablar de los siete puntos de
corrupción a que se refirió Anaya, olvidando que la secretaría de hacienda no
es órgano revisor del uso de los recursos, pero la cámara de diputados si puede
revisar cualquier partida a detalle, y él dirigió la cámara de diputados y no
inició jamás la revisión de ningún acto de los que hoy imputa como actos de
corrupción. El arte de engañar al que
no sabe, que desgraciadamente son mayoría en el país.
Escuchar la lucha contra el crimen de cada
candidato da pena ajena. Se escucha
fortalecer policías estatales o al ministerio público. No saben los candidatos que ya han sido
gobierno, que el proyecto de fortalecer a la policía estatal lleva diez años, y
que ningún estado ha querido invertir en eso, mejor llevarse el dinero a la
bolsa del gobernador y sus amigos en turno.
Y que decir del ministerio público, considerando que quienes investigan
los delitos son los policías ministeriales con un nivel educativo de
preparatoria, sin el mínimo conocimiento de aspectos jurídicos y mucho menos
del nuevo sistema penal acusatorio. Escucharlos
da pena, porque se perciben que viven en un mundo aparte, de influencias y sin
riesgos.
En el caso del candidato puntero, escuchar que
el crimen se va a solucionar mejorando los niveles económicos de la población
suena razonable, pero considerando que no se logra de la noche a la mañana un
crecimiento económico sostenido, realmente no ofrece nada para el aquí y el
ahora. El problema está vigente hoy, no
dentro de veinte años. Que por cierto es
lo que tarda una generación en dar frutos, como plantea Meade añadir valores,
mensaje dirigido a un mercado específico del panista Anaya, salvo que habría
que esperar 20 años para ver si dio frutos la estrategia, y para ese entonces
ya llevaríamos medio millón o un millón más de muertos.
López Obrador tuvo la oportunidad de explicar
en que consiste su amnistía, y no lo hizo.
Pudo explicar porque sumó a Elba Esther o a Napito. Elba liberada por el
gobierno actual y Napito exonerado desde el gobierno anterior. Y no lo hizo. Pudo explicar mejor su proyecto
de Nación y tampoco lo hizo. Se ajustó a
un guión emanado de las encuestas y no quiso cometer ningún error. Lógico en su posición de puntero, pero muy
desagradable para quienes esperábamos más de él, con su experiencia y su
desempeño ante los periodistas de milenio.
Bronco chistoso y ridículo por su pasado y
presente de corrupción. Margarita
malísima y temblorosa. Anaya repitiendo
las mismas acusaciones una y otra vez, cuidando su segundo lugar, y Meade sin
poder generar pasión, como para remontar al segundo, demostrando que es un
excelente burócrata de alto nivel, pero no un buen candidato por falta de
carisma y exceso de educación, y un AMLO buscando cuidarse nada más. Decepcionante el supuesto debate, que no fue,
pues jamás se debatieron ideas. Bien
los tres conductores a pesar de venir de donde vienen.