Por Domingo Simón Ortega
Zongolica; Ver.- La población privada de su libertad en el Centro de Reinserción Social (Cereso) realiza trabajos artesanales a base de madera, piel y tejidos de plástico para contribuir en la economía de sus familiares.
Las lámparas, joyeros, cuadros, fruteros, servilleteros y adornos de madera son exhibidos, para su venta, en los bajos del palacio municipal junto con bolsas tejidas de hilos de plástico y las impresionantes imágenes que son bañadas de resina.
La señora Concepción Choncoa Hernández, esposa de Manuel “X” que está bajo proceso por un delito menor en el reclusorio regional, dijo que gracias a los trabajos artesanales que elabora su marido, ha podido sobrevivir con su pequeño hijo de 2 años.
Además ella trabaja realizando limpieza en algunas casas, donde también prepara la comida de una familia de maestros, quienes dan clases todo el día.
Y es que, como parte del programa de rehabilitación de este centro penitenciario, las personas que están privadas de su libertad se les capacita en un taller de carpintería o en actividades de talabartería con una persona que le invierte en ese ramo.
Pero la mayoría de la población reclusa está enfocada en la elaboración de artesanías que comercializan para obtener ingresos que contribuyen en el gasto familiar.
“Al menos en el área de la elaboración de muebles y artesanías de madera trabajan cuarenta personas, otros trabajan el plástico, pero los que más trabajo tienen, son los dedicados a la elaboración de artículos de talabartería, en este tipo de trabajos se realizan durante todo el año, y se trata de la elaboración de cinturones”, finalizó.
