Es una chica muy trabajadora
Por Domingo Simón Ortega
CÓRDOBA. A sus 17 años, Daniela Martínez Ibarra es una auténtica artista que lo mismo dibuja y pinta en un lienzo o graba líneas multicolores en un florero, en una piedra o un sombrero de dama.
Su pasión es el arte y el autismo que padece, no la detiene para hacer lo que más disfruta, estampar paisajes de la naturaleza, una flor, un racimo de uvas, es decir, lo que ella observa o nace de su imaginación.
La señora Heriberta Ibarra, madre de Daniela sostiene que, desde el kínder, le detectaron ese trastorno “precisamente en esa época del jardín de niños, se descubrió su pasión a las manualidades, cuando ella coloreaba sus dibujos, nunca se salía de la raya, ella era muy perfeccionista y eso llamó la atención de las maestras”.
Reconoce que a partir de que ingresaron al Jardín del Arte en la ciudad de Córdoba, Daniela se ha integrado, poco a poco, con las personas por medio del arte, y su sueño cuando sea grande es ser una gran artista.
Acepta que, a un principio, fue muy criticada porque vendía las pinturas y el bello trabajo realizado por Daniela, sin embargo, “la gente debe entender que no le voy a vivir toda la vida”.
Lamenta “la menor no ha aprendido a leer, la escuela no le llama la atención, sin embargo, a través de su trabajo artístico ha evolucionado”.
Exhortó, “invito a las mamás que no los escondan a los niños con autismo y que busquen apoyo, que descubran cuál es su pasión”.
“Para la exposición de los 400 años de Córdoba, ella pintó 4 cuadros en 8 días”, reveló.
La pequeña artista trabaja todo el día, incluso, hay que recordarle la hora de desayunar y comer, porque no para hasta que termina lo que está trabajando.
Finalmente expresó que le ha ayudado mucho no tratar a Dany como una niña autista, como una niña especial, sino el trato es normal, ella es diferente pero es igual a cualquier adolescente.
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