El Baldón: Tan sólo imagina…
Por: José Miguel Cobián
Debo aclarar que todo lo
que viene a continuación no tiene ninguna base cierta, salvo la que el lector
en su conocimiento le otorgue, y por lo tanto, todo puede ser ficción, quizá
salpicada con algunas (o muchas) anotaciones que no lo sean. Por ello, favor de
considerar todo lo que sigue como un cuento o una obra literaria (si merece tal
apelativo) de absoluta ficción, y si algo se pareciera a la realidad, es mera
coincidencia.
Imaginemos a un grupo
político que gobierna la ciudad de México desde hace más de 24 años. Ellos tendrían que haber establecido lazos
con el cártel criminal más importante de la ciudad de México, que es el de
Tepito, el único lugar del país donde puedes encontrar cualquier cosa, drogas,
armas, productos originales, productos piratas (algunos de mejor calidad que
los propios originales), artículos robados, chicas, chicos, etc. Todo lo que engloba la actividad criminal
existe en una pequeña zona específica de la ciudad más grande del país.
Tienen una gracia enorme en
Tepito, respetan al 100% su propio código de honor. Respetan a los policías
limpios, incluso en múltiples ocasiones los apoyan, y también usan a los
policías sucios, pues los desprecian por traicionar su propia vocación.
Han sido los proveedores de
los reventadores de marchas, de los famosos anarcos, aunque oficialmente se les
sitúe en la UNAM y en ciertas colonias.
Por eso son tan fácilmente controlables los desmanes, y lo mismo atacan
el centro de la ciudad pero no tocan los edificios públicos, o actúan en zonas
específicas, conforme a planes previamente definidos.
Este grupo criminal al que
unen lazos de sangre, y al cual si alguna vez se quisiera controlar, tendrían
las autoridades que poner sitio a una zona populosa de la ciudad, con una
cantidad de elementos y capacidad de fuego que literalmente impide hacer algo
en contra de ellos, y contra quienes no es necesario hacer algo, pues son
discretos y respetuosos de las reglas del bajo mundo. Jamás calientan la ciudad y dejan cientos o
miles de millones de pesos en moches y componendas al grupo que gobierna la
ciudad, así como otros favores tanto los ya comentados como otros imposibles de comentar por este
medio.
Pues resulta que hay un
grupo criminal, relativamente nuevo, con fuerza y control en muchas zonas de
México y el extranjero que quiere entrar a la ciudad de México, pero actúa sin
una lógica de discreción y ataca a diestra y siniestra. Incluso ha comprado a algunos miembros de la
sociedad tepitense, y ha creado dos grupos antagónicos, uno llamado la Unión
Tepito, y otro llamado la Antiunión.
A nadie, ni al gobierno de
la ciudad, ni al gobierno federal, ni al propio grupo Tepito, le conviene la
entrada del CJNG. Por ello idean una
manera de justificar acciones del gobierno en contra de dicho grupo, buscando
que no parezca que está el gobierno a favor de otro grupo; algo que mucho se le
ha criticado a Felipe Calderón.
La idea del atentado, surge
de algún productor de telenovelas, que ha hecho más de una serie de novela
negra. Atentado contra uno de los más
altos funcionarios, uno de los policías más apreciados a nivel nacional y uno
de los más reconocidos. Digamos que el
atentado será contra Omar.
Hay que organizar a un
grupo de personas, que no saben ni para quien trabajan, para que aparezcan en
un cámara de video, lo suficientemente cerca para que se vea refriega, pero lo
suficientemente lejos para que los detalles finos se escapen de la vista, y
cuando haya que desviar la atención, los titulares del C5 ordenarán a quien
hacer zoom, mientras los verdaderos operadores escapan sin ser identificados en
una suburban blanca. Al resto los dejan
escapar a pie, y en su incompetencia hasta dejan tiradas armas muy valiosas que
no saben utilizar.
La instrucción es disparar
al aire, pero deben escucharse muchas detonaciones. Mientras tanto, el chofer de Omar, en lugar
de usar el blindaje y escapar con maniobras evasivas, deberá frenar y esperar a
que las cargas colocadas en la propia camioneta estallen, para simular que
sufrió un nutrido ataque. Todavía no
he decidido de si los muertos serán reales o simulados, salvo una víctima
inocente que cae por balas disparadas a lo loco y sin puntería. Pues resulta obvio que a la distancia en que
está la camioneta del camión de Carso, es literalmente imposible fallar el
blanco.
Para que todo salga bien,
debemos pensar que la ciudadanía no conoce los protocolos de seguridad, que no
saben que va una patrulla de avanzada, y otra en la retaguardia, mientras el
blanco viaja en una de tres camionetas, que normalmente forman el convoy, y que
un vehículo disfrazado de civil, de preferencia como taxi, debe de cubrir el
flanco derecho, que es dónde va sentado el blanco. Debemos evitar también las motos de
avanzada y retaguardia que van a cinco minutos de distancia de la caravana. Y
también aprovechar que la ciudadanía desconoce que el estado mayor presidencial
viaja en vehículos disfrazados de taxi. Ahora no habrá taxis alrededor del
convoy, ni adelante, ni atrás. Así parecerá que el blanco viaja
prácticamente solo, con un chofer incapaz de realizar una maniobra evasiva, con
llantas que explotan y no pueden rodar cuando les han disparado, pero eso sí,
con blindaje nivel 7.
Pondremos algunas armas
largas calibre .223 porque impresionan a la ciudadanía, no importa que ese
calibre no penetre el blindaje.
Pondremos varios fusiles barret calibre .50 porque llaman mucho la
atención, aprovechando que los ciudadanos desconocen que con dos barret se
puede partir en dos la camioneta, y entre los múltiples disparos, nadie tiene
autorizado disparar los barret. Sólo
están para impresionar. Habrá incluso
granadas que no van a estallar, y que podrían volar el vehículo del blanco. Y sobre todo, nadie dirá que con un misil
RPG de los que abundan en el mercado negro, se podría volar cualquier vehículo
sin importar el blindaje, y sin necesidad de mover a tantas personas.
Diremos que fue el líder
del cártel enemigo el que intentó asesinar a Omar. Previamente filtraremos algo a uno de
nuestros columnistas, para que su columna sea prueba de que la DEA nos informó
de posibles atentados.
Evitaremos comentar que
cualquiera que sabe que puede sufrir un atentado incrementa su seguridad, en
lugar de reducirla a niveles de jefe de policía de pueblo. No diremos tampoco que un grupo criminal
capaz de entrar en una ciudad con 30 camionetas, bien podía haber movido siete
a la capital y realizar un trabajo bien hecho.
No, lo que haremos será acusar a quienes nos estorban, indignaremos a la
ciudadanía que verá muy bien que tomemos partido, y además dejaremos como un
tonto al líder de ese grupo criminal, por un atentado tan mal realizado.
Por otro lado, Omar
aparecerá como supermán, con tres tiros encima tuitea quién es culpable del
ataque. No importa que deje en ridículo
a su propia jefa que no tenía idea de que había pasado. O por lo menos eso indicó
en sus declaraciones primeras. Por otra
parte, Durazo desmentirá, porque es tradición en este gobierno que uno diga una
cosa y otro diga otra. Sobre todo,
porque Durazo irá de candidato a gobernador de Sonora, y Omar llegará a su
puesto como superhéroe.
Por último saldrá una foto
de la jefa de gobierno visitando al héroe en el hospital, con unos monitores
que no monitorean nada, y una posible línea de sueros oculta en la clavícula
del héroe.
Hoy sabemos que una bala
.223 no supera el blindaje y que una .50 es capaz de arrancar brazo o mano
donde pega. Así que sabemos que fue un
error afirmar que sufrió tres disparos, cuando podíamos haber dicho (y de hecho
esa será la nueva versión) que solo fueron esquirlas, aunque no suene tan
heroico.
Listo, todo salió
genial. Excepto un grupo de idiotas que
se ponen a revisar a detalle audios y videos, que cuestionan la razón por la
cual las patrullas y cámaras de la zona no avisaron de un vehículo sospechoso
(el camión), que cuestionan por que no se dispararon ciertas armas (las detonaciones
así lo demuestran en los audios), la incomodidad para disparar desde unas
redilas tan altas hacia abajo. La
inacción de los presuntos sicarios que observan como de película la lluvia de
balas, en lugar de cubrirse o atacar, y la reacción tardía de uno de guardias
de seguridad, que cuando pasa todo, baja y vacía el cargador de su arma. O la poca difusión de los disparos a las
redilas del camión. Lo importante es
que la mayoría de la población creerá la información oficial…. Como siempre.
Lo malo de la ficción es
que a veces se parece a la realidad, y también sabemos que la verdad sale a la
luz tarde o temprano.