El Baldón: La
clausura simbólica de un banco
Por: José Miguel Cobián
Veo y siento pena ajena, a una
asociación civil con una manta clausurando un banco en el centro de Córdoba,
Ver., porque muchas personas están afuera del banco haciendo fila sin cumplir
con los requisitos mínimos de seguridad en tiempos de Covid.
En principio me parece loable
el esfuerzo de la asociación civil intentando hacer algo para reducir el número
de contagios en la ciudad de Córdoba, pero tengo la impresión de que no tienen
la menor idea de lo que están haciendo ni tampoco de cuál sería una verdadera
solución al problema que atinadamente han encontrado. Sobre todo, creo que no tienen la menor idea
de quién es el responsable de resolver esos asuntos de prevención.
De entrada, el banco atiende a
sus clientes, cumpliendo todas las normas de seguridad, les aplican gel a la
entrada, permiten un número reducido de clientes dentro del local, supongo que
debieran tomar la temperatura a quien entra y hacen obligatorio el uso de
cubrebocas. Es decir, el banco, en su
área de competencia, que es el interior de sus instalaciones está cumpliendo
cabalmente con las recomendaciones del sector salud. El banco no está cometiendo ninguna falta y
por lo tanto la clausura simbólica de la institución es un acto desesperado de un
grupo que no sabe a quién acudir o no se atreve a acudir y exigir a quién
corresponde.
Fuera de las instalaciones del
banco, los funcionarios nada pueden hacer. La vía pública no está bajo la
jurisdicción de ningún particular sino del gobierno municipal en este
caso.
Clausurar de manera simbólica
o de hecho una institución lo único que logra es causar aún más molestias a los
clientes y provocar una aglomeración aún mayor en otras sucursales.
Lo primero que se debe de
hacer para resolver un problema es investigar el origen del mismo. Aparentemente algún cliente de dicho banco
paga en ciertas fechas, y muchos de los receptores de esos recursos acuden para
obtener su dinero líquido. El primer
paso sería saber quién paga y exhortarlo a hacer los pagos en tarjetas de
débito. Enseñar a la población a usar
esas tarjetas de débito con el fin de evitar aglomeraciones buscando dinero en
efectivo, y solicitar al cliente del banco entregar el dinero en fechas
diferenciadas conforme a la inicial del primer apellido, para dividir a esa
clientela en varios días.
Exigir a la autoridad
municipal varias cosas, la primera es que obligue a los bancos a abrir todas
sus sucursales, pues algunos tienen sucursales cerradas, lo que provoca mayor
presión en las pocas que están abiertas.
Cerrar sucursales en lugar de resolver el problema lo convierte en algo
más grave.
Los ciudadanos y la autoridad
bien podrían pedir al banco que agilice la entrega de recursos para evitar tal
aglomeración que se viene dando desde hace muchos años, sin que nadie mejore el
servicio al público. Al contrario, todos
los bancos están reduciendo el número de personal en las sucursales, esperando
que un país con un nivel educativo de tercero de primaria pueda utilizar con
fluidez la banca electrónica.
Los propios ciudadanos deberíamos
exigir a los bancos más personal y más sucursales, en lugar de perder horas y
horas por ser atendidos en un lugar en el que supuestamente ¨están para
servirnos¨.
Pero volviendo al tema. Las aglomeraciones en la vía pública y el
posible riesgo a la salud que pudieran representar, son asunto que debe
atender, tanto la jurisdicción sanitaria como el propio ayuntamiento de
Córdoba.
Tan sencillo que sería mandar
personal que organice la sana distancia, que otorgue cubrebocas, y que
higienice las manos de todos los de la fila.
Solo la autoridad puede actuar con los ciudadanos en la vía
pública. Pensar que el personal del
banco es responsable de lo que sucede afuera de su sucursal es un absurdo y
demuestra la falta de conocimiento sobre las leyes que nos rigen por parte de
la asociación civil.
Esa asociación que
definitivamente tiene buena intención, debería asesorarse legalmente y exigir a
la autoridad sanitaria como a la autoridad municipal vigilancia y acciones para
evitar que aumente el número de contagios en Córdoba. La acción de clausurar simbólicamente el
banco, implica que la asociación civil desconoce a las autoridades de salud en
Córdoba, o en su caso, que considera que es inútil acudir a ellas.
En ambos casos está equivocada
la asociación civil, y el actuar de la autoridad municipal y de la de salud
deja mucho que desear.
México para que funcione,
necesita que cada parte de la sociedad, población y gobierno cumplan con sus
obligaciones. Pretender que todo lo que
pasa con la pandemia es responsabilidad de la población es un grave error, pues
de sobra sabemos que es el gobierno quien debe de reaccionar para orientarnos y
protegernos a todos, actuando conforme a las atribuciones que las propias leyes
les otorgan.
El problema de estos tiempos
es que ni los ciudadanos ni las autoridades tienen la menor idea de lo que
deben de hacer en muchos casos, el de prevención de contagios es uno de tantos
casos en los que no saben qué hacer ni cómo hacerlo. En descargo, el problema no es únicamente
municipal, también es a nivel estatal y federal.
La mejor prueba de ello, es
que para bajar los casos de la pandemia la mejor solución que tuvo el Dr López
Gatell fue ordenar que se hicieran menos pruebas de Covid. Así habría menos resultados positivos.
En resumen, lo que pase en la
vía pública es responsabilidad de la autoridad no de los particulares. Nadie
puede asumir responsabilidad por lo que sucede fuera de su casa o lugar de
trabajo.