Por Domingo Simón Ortega

Texhuacan, Ver. Agosto 14 de 2011.- Seis familias de la comunidad indígena de Atzingo fueron evacuadas, después de que una gigantesca roca de 5 toneladas de peso, se desprendió de un cerro y destruyó 2 humildes viviendas; afortunadamente no se registraron lesionados por este percance.

Tres de esas familias permanecen albergadas en la escuela primaria bilingüe “Leandro Valle” que se localizada a una hora de la comunidad de Xochitla, la más cercana de la civilización.

Entrevistada en la zona de siniestro, la señora Bernarda Nopaltecatl García afirmó que una de las viviendas destruídas pertenece al señor Eulogio Zopiyactle Choncoa y su esposa, Rosa Cervantes Xochiquiquisqui, quienes el día de los hechos, se levantaron a las 7:30 am, aproximadamente y 2 horas más tarde, la roca de 6 metros de alto, aniquiló totalmente su vivienda, no sin antes causar estragos a su paso.

Para poder llegar al poblado de Atzingo, es necesario transportarse en vehículo automotor desde Zongolica hasta Xochitla, que pertenece al municipio de Mixtla de Altamirano, después de ahí hay que caminar por espacio de una hora por una vereda totalmente accidentada a orilla del cerro y entre la arboleda. Ahí se cerece de carretera y de caseta telefónica, prácticamente 500 familias viven incomunicados.

De acuerdo con la señora Bernarda Nopaltecatl, las familias que resultaron afectadas en sus viviendas, “perdieron todas sus cositas” y hoy se encuentran sin un techo y un lugar en donde habitar.

Las familias afectadas son: Lourdes Zopiyactle Cervantes, Venancio Nopaltecatl Zopiyactle, Alfonso Zopiyactle Cervantes, Adrián Zopiyactle Nopaltecatl así como la señora Bernarda Nopaltecatl García y su esposo Raúl Zopiyactle Nopaltecatl.

Las tres familias que fueron evacuadas por Protección Civil y albergadas en la escuela primaria bilingüe “Leandro Valle”, tienen la preocupación de que a menos de 8 días de que inicie el ciclo escolar 2011-2012, los estudiantes retornen a las aulas escolares y entonces, a dónde se van refugiar.

De parte del presidente municipal, Juan Hernández Cano, sólo han recibido una despensa y unos cobertores así como la promesa de que va a comprar un terreno para reubicar a las 6 familias que abandonaron sus viviendas ante el constante peligro de derrumbes que afecta a esa zona montañosa.

La mujer indígena afirmó que las constantes lluvias han castigado severamente a esta región montañosa y razón por la cual viven en la incertidumbre y ya no quieren retornar a sus antiguas viviendas, donde sólo padecen calamidades y total falta de servicios públicos que debería otorgar el gobierno municipal.