El Baldón: Juan y Paco
Por: José Miguel Cobián
El amor, el deporte, la religión
y la política son las actividades humanas que más pasión generan entre la
población en general y entre los propios participantes. Las grandes tragedias y actos humanos han
sido inspirados por alguna de estas cuatro causas. Las relaciones de poder, de
posesión, de celos, siempre han sido generadas por estas cuatro causas.
En la zona centro del estado,
estamos viendo una telenovela que parece un refrito de las mismas telenovelas
que se han visto desde la presidencia de la República para abajo. Recordemos nada más el gran afecto que se
profesaban y profesan Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de
León. Ex presidentes de la República, ambos se provocaron los mayores daños
posibles, siendo Zedillo el sucesor de Salinas, logró que se le denomine como
¨el chupacabras¨, o ¨el innombrable¨, y manchó para siempre la imagen de Don
Carlos en el imaginario colectivo de los ciudadanos. Sin embargo, hoy Salinas sigue vigente en la
política nacional, al grado de ser consultado por el secretario de hacienda de
Fox respecto a una reforma hacendaria. Mientras que Zedillo ocupa un lugar
académico en una prestigiada universidad estadounidense, y es reconocido entre
los especialistas de la ciencia económica como uno de sus pares.
Es normal ¿será?, que entre un
presidente municipal saliente y uno entrante haya cierta animadversión, misma
que debe de incrementarse cuando el que sale, vuelve a entrar en el siguiente
período. Pero, acaso no raya ya en lo
ridículo, el pleito entre Paco Portilla y Juan Lavín.
Se sabe que hay añejas rencillas
con entre el suegro de Juan y el actual alcalde. Desconozco si cuando Juan Lavín entró en
lugar de Paco Portilla, hubo algún tirón entre ellos, quizá porque Juan no era
el candidato de Paco, y por ello no recibió el apoyo que esperara o algo así.
Sé que en la actual
administración se acusa a Juan de haber apoyado a un candidato que no era Paco,
y sé también del resentimiento de Paco al ser superado en votos en Córdoba por
la candidata a diputada local y ganadora Paulina, esposa de Juan.
También pude observar como Paco
una vez en el poder municipal utilizó a los regidores de oposición para
denostar a Juan Lavín con una y mil acusaciones de las cuales la mayoría hoy
sabemos que no tenían fundamento. Lo cual auguraba una temporada difícil para
el edil saliente.
A la campaña orquestada desde la
principal oficina de palacio municipal, habría que añadir un muy difícil cierre
de gestión de Juan Lavín, con un mínimo de recursos disponibles que conllevaron
a una prestación de servicios públicos deficiente, y a una percepción ciudadana
negativa. Así la campaña en su contra y su cierre de año, bastaron para frenar
cualquier aspiración política que pudiera tener el Ing. Lavín. Y ayudaron a fortalecer el liderazgo de Paco
Portilla entre los priistas del municipio.
Hoy vemos un episodio nuevo, con
un cambio de actitud en Juan Lavín. El cambio de actitud se refleja en que
decidió dejar la discreción y disciplina partidista, e inició una ofensiva en
medios, acusando a la actual administración de no atender las peticiones de
información del ORFIS, dejando entrever, que al actuar así la administración de
Portilla, habría observaciones que atender, y un desprestigio adicional e innecesario
para su persona, con lo cual tanto Juan como su esposa han declarado a los
medios aclarando las observaciones y explicando el origen de las mismas por interés
de la administración actual por no aclararlas.
Paco y Juan, cada quien a su
estilo y nivel, son políticos inteligentes, conocedores de la situación que
vive el distrito electoral del gobernador, y ambos saben que antes que sus
rencillas personales, está el éxito de la próxima elección. Sin embargo, parece
que se les olvidó, cuidar la imagen de su partido ante la opinión pública, mostrando
la imagen de gobiernos priístas corruptos e ineficientes, además de
revanchistas, enviando un claro mensaje a los electores.
Quien esto escribe está a favor
de que se aclare cualquier anomalía no sólo del gobierno de Juan Lavín, sino de
cualquier gobierno. No me gustaría
pensar que todo ha sido orquestado para dañar la imagen de alguien y fortalecer
el liderazgo político de otra persona.
México no está para falsas acusaciones –en caso de así resultar-. Y mucho menos, para que resulte que al igual
que los ejercicios anteriores del trienio de Juan Lavín, resulte que todas las
observaciones fueron aclaradas y se ponga en entredicho la seriedad del ORFIS,
por fines puramente personales.
Quizá, por el contrario, esta
situación le esté haciendo un bien a Córdoba, mostrando en su debida estatura a
los políticos del PRI, para que los ciudadanos tomen las decisiones debidas en
la próxima elección. Además de divertir al respetable y darle armas a los enemigos
de ambos y de su partido político.