El Baldón: QUEREMOS PERO NO SABEMOS POR ESO NOS OPONEMOS.
Por: José Miguel Cobián
Imagine usted que es el responsable de
instalar una empresa grande, una fábrica, de esas que compiten a nivel mundial
y exportan sus productos a todo el planeta.
¿Qué es lo que definiría si lo instala en algún lugar o en otro?
Puede ser que la ubicación sea importante,
según los mercados que vas a atender, pero seguramente no es determinante. Por ejemplo, si vas a vender a Europa, te da
lo mismo cualquier ciudad con un puerto importante en la costa este del
continente americano.
La red de proveedores sabes que te seguirá
a donde te instales. Con la filosofía de
¨justo a tiempo¨ y con el volumen de compra que realiza tu empresa, seguramente
ellos se instalarán cerca de dónde tu te instales.
Si es una empresa que consume agua o electricidad
en cantidades importantes, seguramente también va a buscar una zona dónde
exista suficiente provisión de ambos.
Para tus ejecutivos, buscarás una ciudad
segura, que tenga escuelas de buen nivel, que tenga hospitales que puedan
salvar una vida en caso de emergencia, diversión, esparcimiento y
seguridad. Bien comunicada y no lejos de
aeropuertos internacionales, pues tu gente tiene que viajar por todo el mundo.
Cuando llegas a la mano de obra, tienes
que ser muy cuidadoso. Primero que nada analizar cuántos empleados vas a
necesitar y con que características, tanto de conocimientos como habilidades. Tendrás que estudiar detenidamente a los
sindicatos para saber si generan problemas y no te conviene estar allí o al
contrario, se puede negociar con ellos los beneficios a los trabajadores sin
que afecte la producción y la economía de la fábrica.
¿Qué pasa si necesitas un nivel de
conocimientos que la población no tiene? ¿ O si necesitas una mano de obra que
no está disponible en la zona?
Simplemente te vas de allí, no te instalas y no lo volteas a ver. Imaginemos que el núcleo de población es
suficiente para proveer los tres mil obreros y empleados que requieres. Pero no están capacitados. Su problema principal es que estudiaron en
escuelas mexicanas, y tu ya sabes que no son capaces de comprender
instrucciones escritas u orales, y tampoco tienen capacidades mínimas de
comprensión matemática.
Eso nada más, te hará decidir por otro
país y no por México. Ese es el problema
de nuestro país. En todas las pruebas
que se hacen a nivel internacional, siempre ocupamos los últimos lugares en
comprensión oral y escrita y en comprensión de operaciones aritméticas simples. Podemos discutir un millón de años sobre si
conviene o no la reforma educativa, si es reforma educativa o laboral y lo que
gustes y mandes tu que lees este artículo, pero la realidad es que los
mexicanos estamos preparados para trabajos muy básicos, no podemos competir con
trabajadores de otras latitudes, simple y llanamente porque no tenemos el nivel
de conocimiento requerido.
Nos entregan títulos, nos nombramos
licenciados o ingenieros, pero a fin de cuentas si nos comparan con alguien del
mismo nivel de estudios y la misma edad de otros países, siempre salimos
perdiendo. Estamos mal educados. Los conocimientos que se imparten en nuestras
escuelas desde la primaria en adelante no nos ayudan a ser competitivos a nivel
mundial. Es un problema gravísimo,
pues brindar una enseñanza deficiente implica engañar a padres y educandos, con
la promesa de un mejor futuro, de movilidad social gracias al conocimiento,
pero ese conocimiento no se adquiere en realidad.
Los niños pasan años y años en las aulas
perdiendo literalmente el tiempo. Y si
encontramos escuelas dónde les exijan a nivel mundial, entonces los maestros y
directores se enfrentan a los padres de familia, más interesados en que sus
hijos pasen de año u obtengan una buena calificación, que en que sus hijos
aprendan nuevas habilidades que les ayudaran a progresar el resto de sus vidas.
Por eso México es un país atrasado, porque
no educamos correctamente a las siguientes generaciones. Porque a nuestra
generación tampoco la educaron bien y así ha sido y parece que desgraciadamente
así será por siempre.
Es un problema nacional, que depende mucho
de las políticas educativas y también de la calidad de los maestros. Pero como son mexicanos los maestros y fueron
educados en México, ellos tampoco tienen la capacidad y habilidades para dar
clases con un nivel de excelencia. Así,
el circulo vicioso se alimenta una y otra vez, sin encontrar salida y un mejor
desarrollo para el presente y futuro de México.
Hoy por hoy, muchas empresas que se
instalan en nuestro país tienen dos opciones, o buscar trabajadores con
habilidades básicas, o capacitar a quienes ellos seleccionen para que puedan
desarrollar trabajos más sofisticados. Y por ello también, vemos en los puestos
altos a extranjeros y muy pocos mexicanos.
No es por discriminación, es porque los mexicanos no tenemos las
habilidades que requieren los puestos mejor pagados de las empresas.
Lo peor es que la productividad del
mexicano es elevada. Somos trabajadores, ingeniosos y empeñosos, pero no
tenemos las herramientas de conocimiento para brillar más, así todo es más
difícil y solo el tiempo y la experiencia nos permiten avanzar y competir, pero
siempre en desventaja porque fuimos mal capacitados desde la primaria para
enfrentarnos a trabajadores de otros países con mayores herramientas y
habilidades que nosotros.