CELEBRAN EL BAUTISMO EN SOLEDAD ATZOMPA
Por José Alberto Flores Ortega.
Soledad Atzompa; Ver.28/01/18.- Celebraciones trascendentales como la “Santa Cena”, en la cual se recuerda la muerte del Señor Jesucristo, compartiendo el pan y el vino; bautismos y matrimonios, además de las presentaciones de niños y jóvenes, forman parte de las actividades anuales de la Iglesia de la Luz del Mundo.
En su tradicional Escuela Dominical Cristiana, el Diácono Evangelista Abdías Coronado Pelayo, invitó a los feligreses a reafirmar su fe y su amor a Dios, no solo con palabras sino también con acciones, en cuyas decisiones, se reflejen los derechos, obligaciones y responsabilidades de cada ser humano.
“Vamos a llevar la paz y conquistar los corazones para Cristo, pues qué mejor herencia cuando dejamos buenos cristianos para su iglesia y buenos ciudadanos al mundo. Nuestra asociación religiosa, no está peleada con las demás, pues es muy respetuosa del libre albedrío y del pensamiento de cada individuo”.
Tal parece que nuestra religión, señaló el Ministro, marca una diferencia muy notable, ya que las enseñanzas las recibimos de nuestros apóstoles y ellos de Jesucristo. La Luz del mundo, no solo busca un cambio en la forma o estilo de vida, sino ofrece una esperanza a la vida eterna.
Este fin de semana, el templo de la Comunidad de Cruztitla, recibió la visita de más de 300 hermanos de los cuales once de ellos, tomaron la sabia decisión de sumergirse en el agua, para ser bendecidos en la pila bautismal a través de un proceso que se realiza por voluntad propia a partir de los 14 años de edad.
De acuerdo a las creencias y enseñanzas de ésta organización, el citado acto voluntario, es un requisito indispensable para encontrar el camino de la salvación, falleciendo en el mundo terrenal, pero volviendo a nacer para servir a Dios. Mediante la ceremonia, el alma encuentra la regeneración y sus pecados empiezan a ser perdonados.
Previo al bautismo, se efectuaron presentaciones, en donde los papás, hijos y familiares, (en pleno uso de razón), ofrecen servir a Dios y a su Iglesia, no por obligación, sino por devoción y vocación. Según sus costumbres, depositan su fe en el creador, cuya convicción, la reafirman a los 13 años tanto mujeres como hombres, pues 12 meses después, optan por recibir la salvación.
“A esa edad, las personas, ya son responsables de sus propios actos, al asumir un compromiso que conlleva pertenecer a esta religión, aceptando a Jesucristo, como su único salvador, siendo las sagradas escrituras el camino para lograr la fe, la cual los conducirá a la vida eterna”.
Contrario a otras religiones, la Luz del Mundo, no es celosa ni hermética, para que las personas de todos los niveles sociales, puedan conocerla y admirarla; tanto en su interior como exterior, cuyos templos, ya son considerados como bellezas arquitectónicas y no por ser diseñadas o construidas por ingenieros civiles, pues en su edificación, cada creyente, puso su granito de arena, mediante un esfuerzo físico o económico.
Aquí no se oculta nada ni se esconde nada y cada visitante, ya sea por curiosidad, deseo o interés de conocer más a fondo la doctrina o los tipos de celebraciones que se realizan, es bienvenido, siempre y cuando sea respetuoso de sus creencias.
